Conócete a ti mismo y conocerás el universo
¿Qué es lo mejor que pueden aprender los hombres?
¡Feliz Año Nuevo! Espero que este año sea próspero y lleno de abundancia para ti. En serio, muchas gracias por seguir apoyándome en mis redes un año más; realmente lo aprecio muchísimo. Pero por ahora, vamos al grano.
Esto iba a ser un comentario-respuesta a un newsletter de
, quien comparte contenido sobre productividad. En esta ocasión, hablaba sobre los trackers y si estos pueden ser aliados o enemigos en términos de productividad.Para quienes no saben qué son los trackers, son herramientas visuales para el seguimiento de actividades. Comúnmente, y especialmente con la popularidad del Bullet Journal, consisten en pequeños cuadros que se colorean dependiendo de si realizaste una actividad en el día. Por ejemplo: meditar, tomar agua, hacer ejercicio (sentadillas, lagartijas, pesas), escribir un guion para YouTube, entre otras. Con el auge del Bullet Journal, también se han popularizado representaciones gráficas como diagramas de pastel, gráficos lineales o incluso dibujos de libreros donde coloreas los libros conforme los lees. Cada persona puede representarlos de la manera que más le guste.
No voy a profundizar en si son productivos o no, ya que
ya escribió sobre ese tema y, de hecho, aparezco en una de sus primeras citas. Tampoco explicaré por qué los uso o no. Lo que sí quiero destacar es que, más allá del aspecto productivo, me parece importante utilizarlos en ciertos aspectos de la vida.Como mencioné, los trackers son herramientas para el seguimiento de actividades. Muchas veces tenemos patrones que pasan desapercibidos y que pueden estar afectando nuestra salud. Por ejemplo, si eres mujer y consumes leche o productos lácteos, podrías notar una relación entre este consumo y los cólicos menstruales. Decir "No lo creo, consumo muy poco" puede ser una respuesta vaga. En mi experiencia, he conocido personas que creían consumir poco, pero al llevar un seguimiento, descubrimos que en realidad consumían más de lo que yo, quien toma un vaso de 250 ml de leche entera todos los días.
Mi punto no es tanto la relación entre los lácteos y los cólicos menstruales, aunque es un tema interesante. Lo que quiero destacar es la importancia de monitorear el consumo de ciertos alimentos y cómo estos pueden alterar el funcionamiento de tu cuerpo. Por ejemplo, cuando era pequeño, me encantaba comer pescado y mariscos, pero curiosamente siempre me sentía mal del estómago después. Al principio, pensamos que era por haber comido demasiado o algo en mal estado. Sin embargo, con el tiempo descubrimos que solo ocurría cuando comía pescado y mariscos. Al no presentar las típicas reacciones alérgicas, no consideraron que pudiera ser alérgico a ellos.
Síntomas como inflamación estomacal, mareos, somnolencia excesiva, adormecimiento de extremidades, calambres o alergias nasales pueden ser señales de intolerancia a ciertos alimentos. Según una nutrióloga con la que hablé, muchas veces estos síntomas surgen por consumir alimentos a los que no somos tolerantes. Al principio, las cantidades pequeñas pueden no causar molestias, pero el consumo constante puede desencadenar efectos negativos.
Como optometrista, siempre recomiendo a mis pacientes que, en primer lugar, visiten a un nutriólogo que pueda darles seguimiento. Sin embargo, si quieren experimentar por su cuenta, pueden comenzar llevando un registro de los alimentos que compran regularmente, como galletas, papas o refrescos. Esto les permitirá identificar patrones y observar cómo se sienten al reducir o eliminar ciertos alimentos de su dieta. Por ejemplo, si decides eliminar harinas, esto incluye galletas, pan y cereales. La idea no es sustituir un producto específico (como cambiar refresco de cola por otro sabor), sino reducir o eliminar todo un grupo de alimentos.
Con este seguimiento, no solo podrás identificar los alimentos que te hacen daño, sino también determinar la cantidad que puedes consumir sin repercusiones negativas. Por ejemplo, una mujer podría notar que los lácteos le provocan cólicos, pero con seguimiento podría descubrir qué cantidad tolera sin molestias o con dolores mínimos.
Por último, te dejo unas imágenes de algunos trackers que puedes llevar en un Bullet Journal. Si prefieres usar una herramienta digital, déjame un comentario y puedo recomendarte algunas aplicaciones que he probado. O, si prefieres algo como Obsidian, quizá
tenga (o pueda hacer) un tutorial sobre cómo usarlo para tus trackers.
Pórtate mal, cuídate bien, niégalo todo y finge demencia. Nos vemos hasta la próxima.
Recuerda que te puedes suscribir para recibir estos textos directo a tu buzón; con eso también me motivas a seguir con este proyecto. De la misma forma, me tomé dos tazas de café mientras lo escribía, así que podrías invitarme un café en mi página de web, o brindarme tu apoyo en mis redes sociales.
Este año he empezado un tracker enfocado en la salud y buenos hábitos porque mi objetivo en 2025 es cuidarme más. Todo viene precisamente por lo que comentas: yo creo que me cuido y lo hago bien (hacer ejercicio, comer sano, beber agua...), así que he decidido usar un tracker para comprobar si es cierto y tomar medidas al respecto.