
✦ Editorial
Podemos decir que, cuando está la luna llena en su mayor esplendor, estamos viendo al sol desde un espejo. Es la Luna tan maravillosa que, aun sin luz propia, puede iluminar la penumbra de tu camino. Tal vez, por el formato, esto no pueda ser una revista tradicional; tal vez, por la falta de presupuesto, esto no pueda ser una revista digital como estamos acostumbrados, pero seguro que sí es un Webzine (Magazine Web).
Estamos iniciando con la edición 0 de este proyecto, la cual te recomiendo leer con calma, ya que es nuestro piloto. Así como la Luna tiene su fase brillante, también tiene su fase oscura, y nosotros estaremos publicando en estos dos extremos: Plenilunio (Luna llena) y Novilunio (Luna nueva).
¿Estamos? ¿Acaso este es un proyecto grupal? Me encantaría poder decir “sí, somos un grupo”. Lo cierto es que, si no hablo de mí en plural, me siento solito. Sin contar que, en esta Webzine, podré compartir un poquito de mí y de mi forma de encontrar las ideas o de pensar.
Espero que te guste y lo disfrutes. Saludos cordiales.
✦ Conversaciones entre cuervos
Exterior. Noche. Dos grandes cuervos parados en la rama de un árbol seco.
Hux: ¿Qué tanto le ves a la Luna?
Mux: Solo la observaba y me quedé pensando…
Hux: ¿Tú? ¿Pensar? ¿Acaso no te duele?
Mux: Bueno, en realidad recordaba…
Hux: ¿Y qué recordaste?
Mux: Dicen que, cuando los tontos miran la Luna, se pueden sentir sabios.
Hux: ¿Y ahora te sientes sabio? Mux: No, en realidad ahora lo sé, soy tonto.
✦ Ojos que no ven, corazón que no siente
Si algo tiene de fascinante la luna llena en la noche es que puedes ver en la oscuridad. Sé que suena un poco absurdo, pero la luz que emana es tan poca que no podemos decir que es completamente visible, pero es lo suficiente para poder apreciar muchas cosas. Tan solo imagina el siguiente caso:
Es de noche, una gran nube está tapando la luna y no puedes apreciar absolutamente nada. No tienes lámpara, ni celular, y estás en medio de un bosque donde solo puedes medio apreciar que hay una senda, pero obviamente no se ve nada. No puedes quedarte inerte porque está haciendo frío y quieres salir de ese lugar. Así que empiezas a avanzar; en el camino te caes, te golpeas, te haces daño. No ves absolutamente nada. Sabes que fue una roca por lo frío y lo rígido a la hora de herirte, sabes que era una araña por la telaraña que traes en la cara y en el cabello. Tienes miedo, pero el no saber lo que viene solo te hace esperar que llegarás a un lugar mejor del que te encuentras ahora.
De pronto la nube se va y la luna llena ilumina tu camino, y ¿qué te encuentras frente a ti? Un camino lleno de piedras y troncos caídos, nidos de arañas. Puedes apreciar cómo una serpiente se esconde en algún lugar no muy lejos de ti. Si antes sentías miedo, ahora el panorama no pinta nada bien, porque lo que ves te horroriza. No hay forma de salir de allí sin hacerte daño. ¿O sí?
En lo oscuro tenías la ilusión de que a donde ibas sería un mejor lugar que en el que te encontrabas, pero ahora que el camino se ilumina, te das cuenta de que solo estabas entrando a un lugar aún peor…
Por desgracia, esta pequeña analogía es algo que suele suceder en la vida real con mucha más frecuencia de lo que puedes imaginar. Tal vez no estás en medio de un bosque, pero puede que estés en una relación en donde siempre piensas que tu pareja va a cambiar; un trabajo donde sueles pensar que algún día van a valorar lo que haces; amistades, familia, tu propia vida… Solemos cerrar los ojos o nublar nuestra mente, nuestra razón, nuestra realidad, en pro de que las cosas van a cambiar y de pronto van a ser como siempre lo hemos deseado… Pero cuando quitamos esa venda, cuando se disipa la nube que ocluye nuestra senda, nuestra vida, nos topamos con la realidad de que las cosas en realidad están peor de lo que creíamos, y que todo ese avance solo nos ha metido en una situación que solo nos va a hacer mucho más daño.
Llega el momento en que deseamos mentirnos, deseamos cerrar los ojos y queremos imaginar, pensar, sentir… que todo lo que hicimos, lo que sacrificamos, lo que nos dañamos, no fue en vano. Que en realidad sí estábamos logrando algo. Pero volver a abrir los ojos nos vuelve a bofetear y regresamos a esa realidad de la que ya no podemos escapar. De cierto modo, la oscuridad nos dejaba avanzar a un lugar que, aunque no era el mejor, nos mantenía con ilusión. Pero la luz —esa luz que tanto queríamos, esa luz que esperábamos para obtener las fuerzas para lograr el objetivo, esa luz que nos motivaba a seguir dañándonos—, cuando esa maldita luz aparece, solo nos enseña un camino que va a ser mucho más doloroso. Nos desmiente, nos muestra que todo era tan distinto que duele ver la realidad. Duele más que cualquier piedra, rama, mordida de araña… de las que habíamos sufrido en el camino.
Ahora, por más que queramos engañarnos, ya no podemos, porque ya conocemos cómo es el camino a seguir. Muchas veces es de sabios cambiar el rumbo, dejar de aferrarnos al dolor que hemos sufrido y simplemente virar. Por desgracia, muchas otras veces todo lo sufrido nos hace seguir el camino, creer que si nos retiramos sería haber sufrido en vano. Y lo peor de todo es que también es válido. Por desgracia, no puedo decir qué es mejor: si retirarse, esperar a que el sol salga, incluso seguir recorriendo el camino. Pero si no podría decir qué es lo mejor, es porque sé que cada quien piensa distinto. Lo que es mejor para unos puede que no lo sea para otros. Pero estoy completamente seguro de que, en realidad, las cosas llegadas a este punto han mejorado sustancialmente.
Estamos hablando de que estábamos en una oscuridad que era muy dolorosa pero cómoda. No sabíamos qué iba a pasar, pero era cómodo no saber nada. Sabíamos que las cosas estaban cada vez peor, pero era cómodo no saber más. El problema viene cuando las nubes se van, cuando a lo que le echábamos la culpa desaparece. Ahora ya no hay a qué o quién culpar. Y por primera vez toca asumir actos, reconocer el terreno, ver que todo el daño que sufrimos no fue exactamente por las rocas, palos, arbustos… En realidad fue nuestra obstinación de querer pasar por ese lugar sí o sí. Pero ahora lo vemos, vemos de dónde venimos y a dónde podemos ir.
Si te retiras es porque tal vez notas que hay un camino menos doloroso junto al que ibas. O tal vez estabas atravesando el bosque en vez de ir por el camino. Tal vez el poder apreciar lo que hay de frente te dé la fuerza y las ganas de luchar contra ese camino áspero y solo dejes de dañarte, o, si te dañas, ya es sabiendo lo que puede pasar, pero aún así hay que superar ese gran reto. Como digo, cada quien puede tomar la decisión que mejor le parezca. Pero la luz ya te está dando la opción de poder tomar una decisión, una decisión objetiva, porque ahora ya eres consciente de la situación. Ahora ya tienes el control y, por ende, aunque duele, la decisión que tomes será consciente de ello.
Si me permites decírtelo, todo ese tiempo, ese dolor, ese desgaste y el dolor de ver, habrán valido la pena cuando tomes una decisión con la realidad y dejes de engañarte, cuando lo hagas aceptando que el camino está horrible pero que ahora tienes el control. ¿Aceptarías ver la realidad?
✦ Un poco de luz
Principalmente había pensado en escribir algunos ¿Sabías qué…? dando datos puntuales sobre ciertas curiosidades, pero decidí explicar un poco más un tema que sí es importante conocer para cosas esotéricas. También es un dato relevante como cultura general. Y qué mejor tema que el que le da nombre a este webzine. Espero te guste.
✦ Un ciclo sideral entre la luz y la sombra La Luna, hermosa Luna…
ella, que ha inspirado tantas canciones, poemas, escritores, bardos, magos, científicos. No necesitamos tener conocimientos exorbitantes en astrología o astronomía, incluso tampoco necesitamos ser unos artistas sentimentales para alzar la mirada y poder apreciarla. Entender cuándo es qué momento es realmente simple.
El ciclo lunar en pocas palabras "El ciclo lunar es el período en el que la Luna completa una vuelta alrededor de la Tierra respecto al Sol. Esto dura unos 29,5 días y se conoce como mes sinódico. Pero hay otro ciclo igual de importante: el mes sideral, que dura unos 27,3 días y mide el tiempo que la Luna tarda en volver a la misma posición respecto a las estrellas fijas del firmamento."
Está bien la parte técnica, pero ¿qué significa? Simple: el ciclo sinódico es la luminosidad de la Luna, desde Luna nueva a Luna llena y de regreso. Mientras que el ciclo sideral es el movimiento de traslación de la Luna; digamos, es el equivalente a lo que festejamos en el planeta Tierra cada 1º de enero.
¿Qué es la Luna? En realidad, la Luna es una gran roca que orbita nuestro planeta. A estas rocas con ciertas características se les conoce como satélites naturales, y a estos satélites solemos darles nombre. En algunas culturas como la nórdica se le conocía como el dios Manni, siendo de género masculino, mientras que la diosa Sól era el Sunna. Aunque si nos ponemos técnicos, los satélites son de género masculino y, en el caso del nuestro, es como los hombres que se llaman Guadalupe. Pero hay más satélites que tienen nombres femeninos, como Europa o Ío, por nombrar algunos, que son los satélites que orbitan a Júpiter y se les da ese nombre porque Júpiter es el nombre romano de Zeus, quien tuvo varias amantes como Europa e Ío.
Ciclo sinódico: fases e iluminación (la luz que vemos)
Realmente es simple entender la luminosidad de la Luna. Como sabemos, la Luna no tiene luz propia; ella refleja la luz del Sol, por ende, depende de su movimiento de traslación (mes sideral) para reflejar la luz. Lo que nos lleva a entender que todo es cuestión de perspectiva. El experimento más simple que puedes hacer es ponerte enfrente de una lámpara y tomar algún objeto, preferentemente una pelota. Aléjate unos cuantos pasos de la fuente de luz, aleja la pelota de ti con el brazo extendido y gira para simular el mes sideral (traslación) de la Luna.
¿Qué tienes que ver? Simple: cómo se ilumina y cómo se oscurece. Si la habitación es lo suficientemente oscura como para simular el espacio, podrás ver las fases lunares en la pequeña pelota con la que giras. Justamente, el foco sería el Sol, tú serías la Tierra y la pelota sería la Luna.
Ahora te explico lo que está pasando: cuando la Tierra (tú, sosteniendo la Luna frente a ti) está viendo hacia el Sol (el foco), es de día y, por ende, no hay luz que reflejar, así que es Luna nueva. Conforme empiezas a girar con la pelota frente a ti, vas viendo cómo el borde de la pelota se empieza a iluminar. Eso se le conoce como creciente, que es desde que apenas se ve una “uñita” hasta que llega a la mitad iluminada. En esta parte prácticamente se va a ver la Luna más de día que de noche; solo se va a poder observar un poco al anochecer.
Cuando llegamos a un ángulo de 45° —o en otras palabras, hacemos una escuadra siendo la Tierra (nosotros) el vértice—, ya es cuarto creciente. Esto dura solo uno o dos días. A partir de este punto, la mitad del día se va a ver la Luna y la otra mitad de la noche también. Pasados tres días, es gibosa creciente y se puede apreciar más de noche que de día, hasta que llegamos a Luna llena.
Para este punto, si tenemos la pelota, nosotros estaríamos dándole la espalda al foco, y lo mismo pasa con la Luna: ella está completamente del lado oscuro del planeta. Aquí es donde, si está muy cerca de la Tierra, se genera un eclipse Lunar, ya que no dejaríamos pasar la luz del Sol y le haríamos sombra.
Después, el ciclo empieza a ir en sentido contrario; a esto se le conoce como menguante. Empezamos con gibosa menguante, que es un día después de la Luna llena (o en algunos casos hasta el segundo día), y conforme más avanza, la Luna empieza a perder terreno en el firmamento nocturno para empezar a habitar en el cielo diurno. Se llega así al cuarto menguante, que corresponde a la última mitad de la noche y la primera mitad del día. Uno o dos días después del cuarto menguante ya solo se le conoce como Luna menguante o Luna vieja, y nuevamente vuelve a estar más tiempo de día que de noche, hasta llegar a Luna nueva y volver a estar en su totalidad de día. Si la Luna está lo suficientemente cerca de la Tierra, se puede producir un eclipse solar.
Si quieres saber cuánto dura cada fase, es simple: todo depende del % de luminosidad de la Luna:
Luna nueva – del 0% al 1%
Creciente – del 2% al 48%
Cuarto creciente – del 49% al 51%
Gibosa creciente – del 52% al 97%
Luna llena – del 98% al 100%
Gibosa menguante – del 52% al 97%
Cuarto menguante – del 49% al 51%
Menguante – del 2% al 48%
¿Por qué esto importa?
Comprender la fase lunar no solo ayuda a planificar rituales, sino también a entender nuestra conexión con los ritmos naturales. Magos y brujas siguen la Luna para alinear sus intenciones: sembrar deseos en Luna nueva, potenciar resultados en Luna llena, limpiar en menguante. Y no solo ellos: también es importante en la agricultura, ya que marca cuándo es el mejor momento para algunas siembras o cosechas, como la del maíz —que se siembra en Luna nueva y se cosecha en Luna llena— o la papa, que se debe cosechar de noche porque el Sol puede quemar el tubérculo. Por eso, se suele cosechar de noche y en Luna llena, para poder ver bien.
Astrónomos y curiosos disfrutan de la belleza del cielo diurno al reconocer que ese disco blanco que flota entre las nubes no está fuera de lugar, sino en su momento exacto. Personas comunes y corrientes pueden simplemente encontrar un momento de calma al saber que, como la Luna, ellos también están en constante cambio. Incluso médicos suelen evitar cirugías de riesgo en noches de Luna llena para prevenir hemorragias innecesarias.
Ahora, entender la relación de la Luna con los fluidos del planeta sería tema para otra publicación.
Dato curioso: cuando la Luna está al 50% iluminada (cuarto creciente o cuarto menguante), forma un ángulo recto con la Tierra y el Sol, por eso su forma parece "cortada" perfectamente. En estas fases es cuando mejor se observa el relieve de sus cráteres con telescopio, gracias al contraste de sombras.
La próxima vez que veas la Luna a plena luz del día, recuerda que su visión no es una excepción: es un recordatorio silencioso de que incluso la luz más sutil tiene su lugar.
✦ Tu carta del zodiaco
Como saben, suelo marcar los signos zodiacales según la posición física del Sol en el momento del nacimiento. Sin embargo, las fechas de cada signo pueden variar con este método, ya que el movimiento de los astros no es exactamente igual cada año —culpa de los campos gravitacionales.
Por eso, para este horóscopo, vamos a usar las fechas más comunes y populares, las que probablemente ya conoces.
¿Otro horóscopo zodiacal más? En realidad… no exactamente. Esta vez quiero hacer una lectura de tarot para los 12 signos, y a partir de ella construir el horóscopo.
¿Cómo lo hago? Es sencillo: tiro 24 cartas en pares, una para la fortaleza y otra para la debilidad de cada signo durante esta quincena (de Luna llena a Luna nueva).
Es una propuesta distinta, pero espero que te guste.
♈ Aries: 21 de marzo – 19 de abril
Fortaleza Sota de Bastos | Debilidad 4 de Oros
Este ciclo te impulsa a tomar la iniciativa y probar cosas nuevas con entusiasmo. Pero si insistes en controlar todo o temes perder lo que tienes, podrías bloquear ese impulso creativo.
♉ Tauro: 20 de abril – 20 de mayo
Fortaleza 10 de Copas | Debilidad Reina de Copas
La armonía familiar y emocional es tu punto fuerte estos días. Sin embargo, podrías caer en una sobrecarga afectiva que te haga perder claridad en lo que realmente necesitas tú.
♊ Géminis: 21 de mayo – 20 de junio
Fortaleza 8 de Espadas | Debilidad 10 de Bastos
Estás tomando conciencia de tus propias limitaciones internas, lo cual es un gran avance. Pero si te te sobre exiges, podrías terminar agotado emocional y físicamente.
♋ Cáncer: 21 de junio – 22 de julio
Fortaleza La Muerte | Debilidad 3 de Bastos
Tienes la fuerza para soltar lo que ya no sirve y renacer desde otro lugar. Aun así, podrías sentir ansiedad o estar impaciente al no ver resultados inmediatos.
♌ Leo: 23 de julio – 22 de agosto
Fortaleza 5 de Oros | Debilidad Sota de Copas
Este ciclo te invita a reconocer tus vacíos con honestidad y buscar nuevas formas de sanar. Pero podrías estar viendo todo desde una sensibilidad inmadura que nubla tu capacidad de avanzar.
♍ Virgo: 23 de agosto – 22 de septiembre
Fortaleza 5 de Copas | Debilidad Sota de Oros
Aceptar una pérdida o duelo emocional es lo que te permitirá fortalecerte. Sin embargo, podrías caer en el materializmo o ideas vanales por errores del pasado.
♎ Libra: 23 de septiembre – 22 de octubre
Fortaleza La Suma Sacerdotisa | Debilidad As de Copas
Tu intuición es tu mayor guía en estos días. Aún así, podrías tener dificultades para expresar lo que realmente quieres o sientes incluso para permitirte recibir afecto de manera abierta.
♏ Escorpio: 23 de octubre – 21 de noviembre
Fortaleza Rey de Copas | Debilidad 8 de Bastos
Tienes un dominio emocional admirable y sabes mantener la calma en el caos. Pero las prisas o noticias inesperadas pueden sacarte de tu centro si no manejas bien el ritmo.
♐ Sagitario: 22 de noviembre – 21 de diciembre
Fortaleza 5 de Bastos | Debilidad 4 Copas
Estás listo para defender tus ideas y tomar acción. Sin embargo, tus emociones pueden estar bloquedas, dificultando una comunicación clara con los demás.
♑ Capricornio: 22 de diciembre – 19 de enero
Fortaleza La Templanza | Debilidad La Fuerza
Tu equilibrio y paciencia son aliados clave estos días. Pero no intentes forzar las cosas ni ejercer demasiado control: podrías agotar tus energías en luchas innecesarias.
♒ Acuario: 20 de enero – 18 de febrero
Fortaleza As de Oros | Debilidad 4 de Espadas
Se te abren puertas para iniciar algo concreto y valioso. Sin embargo, podrías estar demasiado pasivo o mentalmente cansado como para aprovechar la oportunidad al máximo.
♓ Piscis: 19 de febrero – 20 de marzo
Fortaleza As de Bastos | Debilidad 2 de Bastos
El deseo de iniciar algo nuevo está encendido y cargado de energía. Aun así, podrías quedarte estancado en la indecisión o en pensar demasiado sin actuar.
✦ Te vas y te llevas mi corazón
A mi querido Man:
Hay tanto que deseo decirte que no sé por dónde comenzar, ni cómo ordenar las palabras. Pero sé que he de escribirlo, pues llevo ya dos días desde que supe de tu arresto. Me encontraba en casa de mi tía cuando llegó el coronel, anunciando que habían capturado a un desertor. Como era de esperarse, Todos nos alegramos, ya que sabes muy bien por qué se está luchando esta guerra… pero cuando pronunció tu nombre, Todos nos quedamos anonadados, yo no pude ocultar el rostro de estupor que se apoderó de mí.
¿Por qué lo hiciste?
Realmente lo tenías todo… bueno, casi todo. Pero el coronel te apreciaba a tal magnitud, que no hubiera puesto objeción alguna a nuestro compromiso. Siempre hablaba de ti con respeto, con estima. Me pregunto, entonces, si ya teníamos lo necesario para ser felices cuando terminara la guerra… ¿Por qué desertaste? Ya no ibas a ser enviado al frente. Por más que doy vueltas y revuelvo pensamientos, no logro comprender qué fue lo que te orilló a tomar tal determinación.
Me duele imaginar que todo lo que me dijiste, lo que me prometiste… no haya sido real. Pero si no lo era, ¿por qué te esforzaste tanto en ascender? Ya no sé qué pensar. Me derrumba saber que jamás tendré respuesta, que están por fusilarte y que no hay nada que yo pueda hacer. Me hiere el alma saber que te entregué todo cuanto tenía —y cuanto era—, y que lo arrojaste todo justo al final.
Pero lo que más me duele… es saber que no volveré a verte. Y que nadie podrá comprender el sufrimiento que cargo en el pecho.
Quisiera odiarte. Quisiera aborrecerte. Quisiera sentir una gota de satisfacción al saber lo que te espera… pero no puedo. Porque no consigo entenderlo.
Por ahora, el papel y la pluma serán mis únicos compañeros en este pesar.
Le ruego a Dios —con toda mi alma— que haga algo, que obre un milagro, que te libre del destino que te amenaza.
Por siempre tuya, Caterin
✦ Agradecimiento
Espero que esta lunada haya sido de tu agrado.
Recuerda que esta primera edición es gratuita. Pero si quieres seguir recibiendo esta Webzine, puedes apoyarme mejorando tu suscripción. Son dos números al mes: Plenilunio (Luna llena) y su contraparte, Novilunio (Luna nueva).
También puedes suscribirte desde mi página de Ko-Fi o a través de mi perfil en OnlyFans.
Gracias por leer hasta el final. Que la luna te alumbre… sin cegarte.
Recuerda: pórtate mal, cuídate bien, niégalo todo y finge demencia.
— I. A. Suárez V.
© 2025 I. A. Suárez V. Todos los derechos reservados.
Esta publicación forma parte de la serie "Diario Lunar" y ha sido escrita, editada y distribuida de forma independiente por su autor. Todos los textos, ideas, personajes y estructuras aquí contenidas son obra original de I. A. Suárez V. y están protegidos por las leyes internacionales de derechos de autor.
Se prohíbe su reproducción total o parcial con fines comerciales, así como su redistribución sin el consentimiento explícito del autor. Puedes compartir fragmentos con fines no comerciales siempre que cites la fuente y mantengas el crédito de autoría.
Para citas, colaboración o reproducción autorizada:
📩 Contacto: contacto@kajiinarumi.com
🔗 Más en: iasuarezv.wordpress.com